Ha pasado ya casi una semana desde que el grupo madrileño Izal hizo estallar la Plaza de España en el que era su concierto de despedida, una despedida que fue intensa, estuvo llena de pasión, buen rollo y mucha entrega, y que tuvo como día elegido el 6 de octubre.

Mucho antes de comenzar el concierto podía notarse la energía eléctrica en el ambiente, había fans cantando sus canciones, charlando sobre su música, sobre los momentos que el grupo les había regalado, recuerdos que se perdían entre murmullos y, a nosotros, qué estábamos escuchando, nos hacían sonreír.

Las despedidas nunca son fáciles y estaba claro que, aquella noche, nadie quería despedirles, así que, en cuando saltaron al escenario y la música comenzó a sonar la plaza se vino arriba, algo que no se detuvo en todo el concierto, con fans que cantaban, saltaban, bailaban, lloraban y daban el todo por el todo. Las primeras notas de “Copacabana” fueron sólo un aperitivo de lo que nos esperaba.

La complicidad con entre el grupo y con el público quedó recogida en forma de bromas y pequeños guiños, como el dedicado a todas esas personas que no eran fans pero que siempre estaban allí, los acompañantes. No sobraron las anécdotas y los recuerdos, como cuando nos contaron el modo en el que surgió: “Bill Murray”, tras tres días de llenazo en el Teatro Prince que les resultaron como vivir el mismo día una y otra vez.

La noche se convirtió en un continuo Carpe Diem, una invitación a disfrutar de la vida, de los seres queridos y del instante, sin pensar mucho más en el futuro, sólo en el presente, el aquí y el ahora. Como momentos cumbre, podemos citar tres, por un lado, el que se produjo con el tema: “Pausa”, una canción que nos emocionó y que nos llenó de sentimientos. El segundo de ellos, cuando Mikel Izal, tras hablar de la pandemia, decidió acortar la tan impuesta distancia, para cantar entre los fans: “Que bien”. Y, por otro, el que se produjo con: “La mujer de verde”, con una crítica hacia los políticos y hacia lo que están haciendo con nuestra sanidad, pero también con el orgullo de dedicar ese tema a todos los que cada día luchan por nosotros y se dedican a la medicina en sus diversos campos.

Fue una noche inolvidable, que no nos gustó terminar porque supuso el final de una época, de un tiempo, de doce años en los que el grupo nos ha hecho disfrutar y ha marcado nuestras vidas para siempre.

Desde aquí les mandamos un abrazo enorme en nombre de todos los fans y les deseamos el mejor de los futuros.

-JessyKiller-