El día 17 de Diciembre, tuvimos la enorme suerte de poder compartir confidencias y un viaje en el tiempo, muy especial, con Capitán Cobarde, ésta es la entrevista que nos concedió, cargada de buen rollo, muchos recuerdos y reflexiones piratas.  

Antes de nada, gracias por tu tiempo y por concedernos ésta entrevista y, ahora, vamos a viajar un poquito en el tiempo y en tu trayectoria con unas cuantas preguntas.

En primer lugar, me gustaría ir a tus inicios para preguntarte: ¿cómo es que decidiste dedicarte a la música o cómo supiste que esto era lo tuyo? ¿Cómo se lo tomaron en casa?

Capitán Cobarde: Lo tuve claro desde que vi a mi familia, mis tíos tenían un grupo de punk en Bellavista: “Dios Mató a Su Hijo”, y me crié en el patio de mi abuela, que era donde ensayaban. Entonces el rock siempre estuvo muy presente en mi casa. Mi padre escuchaba a Serrat, Kiko Veneno, Pata Negra y me gustaba la música.  Luego, me regalaron una guitarra y se convirtió en una obsesión, me dediqué en cuerpo y alma desde que la cogí. Además, en casa, se lo tomaron bien, porque yo no era muy buen estudiante que digamos. Entonces, me fui a Madrid, a descargar camiones. Hice una maqueta y de repente, me hice con mi manager y me vi con un contrato discográfico con 18 años y, claro, ¡mi madre estaba encantada de la vida! Mis padres siempre me dieron libertad, me permitieron ser yo mismo y nunca me han obligado a nada, obviamente, cuando no aprobaba con los estudios, se disgustaban y me decían que estudiara, pero en el momento en que me dediqué a la música, se convirtió en mi modo de vida.

Foto: JessyKiller

Indagando un poco sobre ti, he descubierto que empezaste en grupos de punk de aquí, de Sevilla, ¿recuerdas cómo se llamaba tu primer grupo? ¿Qué recuerdos tienes de aquella época? ¿Te queda algo de aquel adolescente?

Capitán: Sí, empecé en un grupo que se llamaba: “Cogorza”, después estuve tocando con más gente, pero pronto tiré a mis canciones y al rollo cantautor. De aquella época queda muchísimo, el que es punki, lo es para siempre, ése punto de vista, ésa rebeldía, no se ha perdido. Yo siempre he tenido ése punto de niño e intento que no se pierda. Recuerdo los primeros ensayos, en Bellavista, al vecino de al lado que llamaba por teléfono y decía: “¡Eso no es música!” (risas). Aquello, a unos niños de 15 o 16 años, pues imagínate la que se liaba. La verdad que tengo unos recuerdos muy bonitos.

Imagino que, antes de ser Albertucho o Capitán Cobarde, tendrías mil sueños e historias. ¿Recuerdas cuál fue tu primer disco y el primer concierto al que fuiste?

Capitán: Mira, el primer disco, por parte de mis padres, que recuerdo es: “Échate un Cantecito” de Kiko Veneno, es uno de los que más recuerdo. Luego también, el primero de Los Chanclas y el Directo del 83 de Joan Manuel Serrat. Esos son los discos que yo recuerdo de mi infancia. Y el primero que yo me compré, fue en el año 96, tendría yo unos 12 años o por ahí y fue el “Iros a tomar por Culo” de Extremoduro, ése fue el primero que yo me compré con mi paga (dice con orgullo).

Y el primer concierto al que yo fui, fue un concierto en El Paraguas, en Triana, de los Reincidentes y recuerdo que llegó mi padre y me recogió, tendría 14 años o así, “mu´ chico”.

¿A quién admirabas y decías: “¡¡Yo quiero ser como éste de aquí!!”?

Capitán: Pues Kiko Veneno. Yo al principio quería ser guitarrista y me gustaba mucho Iñaki Uoho cuando lo veía. También me gustaban mucho los Platero y tú, ésa imagen de rockero.

Foto: JessyKiller

Nos vamos a adelantar unos años, hasta tus 18, que es cuando sacas: “Que se callen los profetas”, es un disco en el que consigues colaborar con gente mu´grande: Rosendo, Kutxi Romero… Tengo que preguntarlo: ¿Cómo lo conseguiste? ¿Cómo se dio ésa participación en tu disco?

Capitán: Pues eso fue por cosas de la vida, porque si no hubiera luchado por una discográfica como la Warner, me hubiera sido muy complicado de llegar tanto a Rosendo como a Kutxi. El productor que me hizo: “Que se callen los profetas”, es Eugenio Muñoz, que es el productor y mánager de Rosendo de toda la vida. Recuerdo que llegó allí Rosendo y yo estaba como como loco (se le iluminan los ojos al recordarlo). Grabamos en Madrid. Y con Kutxi igual, nos conocimos y entablamos buena amistad, seguimos siendo muy buenos amigos.

2015, es un antes y un después en tu trayectoria, es cuando cambias tu nombre a Capitán Cobarde y un poco después entran en escena también Los Niños Perdíos, éste concepto que yo interpreto un poco con el Capitán “Garfio” y Peter Pan, ¿cómo surge y de donde te viene ésta historia?

Capitán: Totalmente. Bueno, Capitán Cobarde fue anterior, fue cuando grabé el disco en directo en la Joy Eslava. En ésa época estaba más metido en el sonido americano, quise dar un giro a mi sonido porque yo venía de hacer discos de rock y los últimos de Albertucho también eran muy folk, pero quería un sonido más acústico y me dije: “Bueno, pues me voy a cambiar el nombre, voy a ponerme el de Capitán Cobarde y voy a enfocar mi sonido a la música americana, a ése sonido del banjo, la mandolina”. Lo que pasa es que, después, la vida sigue dando vueltas, sigues escuchando cosas y te reconcilias con tu pasado y lo cruzas con tu presente y bueno, sale el disco que ha salido ahora, que tiene de todo, pero en principio fue eso: querer salirme del sonido rockero y hacer folk. Eso lo he continuado y ahora el sonido sigue siendo rockero y folk, está todo ahí.

Y, Los Niños Perdíos, yo tenía una banda de folk y, de repente dije, pues hasta aquí ha llegado ésta etapa. Voy a hacer una banda rockera y conocí a Carlos Hervés, el guitarrista, que tenía 20 años cuando lo cogí yo; a Alberto Moreno, “El Cuchara”, que tenía veintipocos y, eran todos unos niños, yo era el mayor, así que, se me ocurrió, con el rollo del Capitán, me dije: “Pues le voy a poner nombre a la banda” y le puse: “Los Niños Perdíos”.

Foto: JessyKiller

Antes de pasar a hablar del disco, te voy a hacer dos preguntas más así generales. La primera: en todos éstos años, desde tus inicios hasta ahora: ¿cuál ha sido tu momento más bueno, más divertido, más de decir: “esto es la leche” y el peor, el de “tierra trágame”?

Capitán: Pues, el peor, sería por momentos personales. Cuando uno se sube a un escenario, tiene que hacerlo feliz, cuando te subes malamente o con depresiones, lo pasas mal. El concierto que peor recuerdo, fue un concierto que di en la sala: El Sol, que estaba muy muy trastocado, por motivos personales,  y recuerdo que acabé ése concierto y para mí fue una de las cosas más duras, no dormí en toda la noche, no paraba de decirme: “No he hecho bien mi trabajo” (nos deja ver un lado sensible, humano y autoexigente consigo mismo mientras parece volver a ésa noche). Le tengo un respeto total al escenario, por mí y por la gente que me está escuchando, además también por mi profesión, que la respeto mucho.

Y mi mejor momento, pues yo creo que ahora, estoy en un buen momento, tengo una banda que suena muy bien, tengo un disco muy bonito y creo que mi presente, ahora mismo, es lo mejor que tengo.

 Y la segunda: ¿De toda tu trayectoria, cuál es tu canción favorita, la que nunca te puede faltar, y una que digas: “Estoy hasta los mismos y siempre me la piden”?

Capitán: Bueno, eso pasa con las canciones, ¿no? Hay canciones que incluso se pueden aunar ésas dos cosas porque, ¡yo que sé! “El pisito”, por ejemplo, es una canción que, como hablábamos antes, habla del niño, del adolescente, que está creciendo y que está ilusionado, pero también estoy harto de cantarla, evidentemente, lo que pasa que, ya te digo, por respeto a la gente que viene a verme y, porque forma parte de mi repertorio, le tengo mucho cariño, pues la tengo que tocar, pero a mí me hace mucha más ilusión tocar: “Camino de Vuelta” o “Vergüenza”.

Tú hablas siempre de tus Niños Perdíos, ¿quiénes son en ésta ocasión si es que cambian o quiénes son? Háblanos un poquito de ellos.

Capitán: Sí, claro, son: Alberto Moreno, “El Cuchara”, a la batería. Carlos Hervés, a la guitarra. Y, Néstor Urquía, de la Línea, que es un bajista muy bueno, al bajo. Luego yo llevo también un poco la guitarra. Esa es más o menos la banda que sale.

En el disco también participan otros músicos como Fernando “El Huevo”, que toca también con Astola y que pone el piano, los sintetizadores y todos los sonidos ésos que hay rollo rock andaluz, los mete él. Y Diego Pozo, evidentemente, también forma parte del sonido del disco, tanto en producción como músico.

Ahora, sí, vamos a hablar de tu nuevo disco. Lo primero que me llama la atención es su nombre: “Camino de Vuelta”, ¿pero de vuelta a donde o hacia dónde?

Capitán: Bueno, yo siempre digo que cuando uno es chavalito, es un niño, va buscando, conociendo y encontrando muchas cosas y luego, las cosas que te pasan en la vida, te hacen dar un poco de vuelta. Creo que ya, con la edad que tengo, con 38 años que tengo, me conozco más a mí mismo, conozco la profesión, he aprendido mucho, entonces, yo digo que vengo de vuelta, a veces los problemas, las paranoias,  todo eso te hace, no desgranar la inocencia, que siempre queda, pero sí que es verdad que está uno de vuelta, con cierta edad está uno que las ve venir, conoces el camino un poco mejor.

Tengo que felicitarte por una canción en especial: “Acuérdate de mí”, es mi favorita del disco porque me toca muy de cerca, ya que yo viví lo mismo con mi abuela. Entonces, me gustaría preguntarte, cómo se te ocurrió hacer el tema y cómo te surge la idea.

Capitán: Mira eso se fraguó porque yo venía de ver a mi abuela, que estaba ya muy malita. En mi familia ésta enfermedad ha tocado muy fuerte porque han sido dos abuelas. Mi abuela, Carmela, murió hace dos semanas y también de Alzhéimer. Primero por parte de padre y luego por parte de madre, las dos de la misma enfermedad. Hice ésa canción como hago todas las canciones, por cosas que veo, que me pasan, por necesidad. No intento que sea triste, al revés, lo que intento es celebrar la vida (afirma y sonríe pensativo). Al escribir la canción, quería que, ésas imágenes que a mi abuela se le olvidaban, se quedaran ahí para siempre. Hice la canción y no quería grabarla, porque me ponía a llorar cada vez que la cantaba, ¿sabes? Y, entonces, mis mánager dijeron: “Oye, es una canción preciosa, dale salida, a la gente le va a gustar mucho” y dije: “Venga vale, la grabo, pero si la grabo es para ayudar”. Entonces nos pusimos en contacto con la Fundación Pascual Maragall, que son una gente estupenda, científicos. Es una iniciativa privada, pero es que hay pocas iniciativas  o ninguna iniciativa pública, entonces hay que ayudar a ésas iniciativas privadas y a ésos científicos, porque son una parte de la sociedad supe importante. Ya hemos visto como, con apoyo y con dinero, se puede salir de muchas enfermedades y de muchas historias. Las estadísticas son brutales, una de cada dos personas con 80 años tiene Alzhéimer, estamos hablando de una ruina total, entonces quise, con ésta canción, donar los derechos y aportar mi granito de arena a la asociación.

Quiero hacer más proyectos, hacer algún concierto de autor, de amigos, que nos juntemos para seguir recaudando dinero, porque es una enfermedad que es una lacra, las familias tienen que dejar de trabajar para cuidar a sus familiares. Se pasa muy mal y es muy duro. Entonces, ya está, yo lo único que quiero es ayudar a que algún día ésta enfermedad deje de existir (concluye emocionado).

Cogemos aire y pasamos a la siguiente pregunta. Ya has tenido la oportunidad de poner el disco a prueba en directo, ¿qué canción crees que está funcionando mejor o le está gustando más al público?

Capitán: ¿De éste disco? Pues, mira, creo que es “Camino de Vuelta”, es un tema que ha calado, sobre todo entre mis socios. Tengo un club: “El Club de los Cobardes”, estoy en contacto con ellos, tienen su carnet de socio, y bueno, tenemos un grupo de WhatsApp donde hablamos y “Camino de vuelta” ha sido muy importante. “Corazón de perro” también, mis socios han hecho el videoclip, lo hicimos en el confinamiento, desde sus casas. Pero yo creo que “Camino de Vuelta” es como el estandarte, como una bandera, es el título del disco, es una canción que habla un poco de filosofía, de la música, de dejarte la vida por tu verdad, por las cosas que crees y tu manera de ver el arte o la música.

Como cantautor, tus temas siempre han sido bastante sociales, pero en éste disco hay un tema en especial: “Vergüenza”, con Astola, que es más reivindicativo y de denuncia. ¿Crees que puede ser el primer paso hacia un tipo de música un poco más política, más punkarra, líricamente hablando?

Capitán: Bueno, no creo, yo siempre voy a escribir cosas políticas, pero como no me gusta ser tampoco monotemático y voy a intentar que mi vida tampoco lo sea, me van a inspirar muchas cosas. Un autor es un prisma, tu absorbes de tu alrededor y lo plasmas con tu manera de ser y de escribir, con tu personalidad. Todo lo que pase políticamente hablando alrededor mío me va a influenciar, pero también me van a influir muchas otras cosas. No creo que nunca sea un cambio, pero que siempre voy a hablar de política y dar mi opinión sobre las cosas, eso está claro.

Éste disco lo has compuesto en una etapa muy jodida para la música y para los artistas. ¿Cómo te ha afectado toda ésta historia del encierro, el covid y demás? ¿Cómo lo has vivido?

Capitán: Creo que a mí, a parte de todas las desgracias que han pasado, sí que me ha servido. No soy pesimista en éste sentido, como otros artistas que dicen: “No, todo esto no trae nada bueno”. Para mí ha significado el ponerme en contacto con la gente que realmente está a mi lado. En el canal que hice de “Capitán Cobarde Televisión”, todas las mañanas, nos juntábamos un montón de gente que nos gustaban los libros, las películas, la música, hablábamos, hemos cogido una relación maravillosa y todo ha desembocado al club. Vienen a verme a los conciertos, ayer me dieron una sorpresa: me hicieron una canción preciosa, sobre lo que significa para ellos ser un cobarde. Es lo que yo le llamo “filosofía pirata”. Es muy bonito, ésa inquietud por la cultura, por conocer el lado bueno de las cosas. Sin éste confinamiento, quizás no hubiera conocido tanto a la gente que me sigue y eso ha sido muy positivo.

Además, me he “jartao” de currar, tengo horas y horas de YouTube, haciendo de comer, programas de cocina, de clases de guitarra, “musicología cobarde”, que era yo con mi colección de vinilos hablando de la música que me gusta,… Todas ésas horas, allí, delante de la cámara, y hablando con la gente, a mí me han hecho  conocer ésa parte que no conocía, por lo tanto creo que está bien. ¡He hecho hasta un audio libro de Moby Dick! (risas).

Para ir terminando, ¿qué le dirías a un chaval o chavala que ahora mismo te ve y se te queda mirando y diciendo aquello de: “¡¡Yo quiero ser como el Capitán!!”, qué consejo le darías?

Capitán: Es difícil dar un consejo, a mí no me gusta dar consejos, pero la pasión. Hay un libro de Raúl Cimas  que se llama: “Demasiada pasión por lo suyo”, el estar flipado, obsesionado prácticamente y creer. Absorber, leer, escuchar, no encasillarse, trabajar, escribir mucho y, sobre todo, creer en tu proyecto, creer en lo que estás haciendo, porque ésta profesión es muy ingrata. Tienes que estar en una furgoneta, un día entra gente a tu concierto, otro día no, un día va mejor, otro día pierdes, otro… El estar como yo 20 años tocando, es una convicción total. Esto no es un consejo, porque esto es un si tienes convicción la tienes y sino no, pero yo creo que para dedicarse a esto tienes que estar muy flipado con tu historia y creértela a pies juntillas, ¿sabes?

Y, la última, ¿hay algo que te gustaría decir y que se haya quedado en el tintero?

Capitán: Pues… no sé qué decirte (se queda pensativo). Que queda la esperanza, que tal y como están las cosas muchas veces se pierde. Si tengo que decir algo aquí al final, es que…

¿Si quieres, eh?

Sí, sí, que creo que debemos seguir creyendo en las personas, en el ser humano, que por muy mal que vayan las cosas, la política, por muchas cosas que parezcan tan feas, siempre hay que tener buenas intenciones, convicciones y ¡humanismo pirata! (acaba con una gran sonrisa).

Concluimos dándole las gracias por su tiempo nuevamente y con la sensación de haber visto a un artista, pero también a una persona en todas sus vertientes posibles, en los 20 minutos que ha durado nuestra charla hemos tenido tiempo de atisbar a alguien muy humano, divertido, sensible, realista, gracioso, cercano, trasparente, intenso, humilde, idealista, soñador y real, una persona que tiene mucho que ofrecer y que se juega el todo por el todo en sus discos y, no nos cabe duda, en su vida. Sino queréis perdeos lo que fue el concierto de aquella noche, ¡estad atentos! En breve os lo contamos.

JessyKiller

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s