A veces, como redactora, te toca escribir y trasladar al lector/a, temas difíciles, es el caso de éste artículo, con el cual me llevo debatiendo más de una semana, desde que escuché el nuevo lanzamiento de Zahara: “Merichane”, un tema que me desgarró como profesional, pero sobre todo como mujer.

Aunque es cierto que la artista nos tiene acostumbrados a temas que nos tocan la fibra y nos llegan al alma, en “Merichane”,  antesala de su próximo disco, nos traslada sus miedos personales y sus vivencias, nos desnuda su lado más oscuro y nos hace partícipes de un mundo del que, hasta la fecha, no nos había podido hablar: “He tenido que aceptar y asumir que aquellas historias que viví sucedieron de verdad, pero que el mantenerlas escondidas no sólo no me hacía sentir mejor, sino que protegía a las personas que me habían hecho daño. Por eso, ahora, en este momento, en el que me he visto con fuerza para hacerlo, he decidido compartirlas”.

La artista nos narra sus problemas sobre el acoso, la bulimia, la ansiedad, el miedo a ir sola por la calle, el abuso sexual, la culpa… a través de una letra sin tapujos, sincera y directa, cargada de fuertes imágenes visuales, que nos estremecen y nos convierten en protagonistas de su misma historia, sintiéndola como nuestra, o evocando recuerdos ya dormidos, en una oda directa al #metoo, del que tantas mujeres nos sentimos parte.

Cuando vemos su videoclip, que ha sido dirigido por Guillermo Guerrero, autor también de otros clips suyos, como “Hoy la bestia cena en casa”, su historia cobra fuerza, llegando a un momento álgido en el que los sintetizadores, mezclados con imágenes  en blanco y negro, crean una atmósfera que llega a resultar asfixiante y aterradora. Es casi un grito silenciado en medio del caos.

Por si todo esto fuera poco, la historia todavía se complica mucho más cuando comienzas a leer la idea que nos quiso trasladar la jienense, el motivo del título del tema y el significado de “Merichane”: “Era el nombre con el que se conocía a la puta del pueblo. Ese fue mi apodo en el colegio. Tenía 12 años”.  Es cuando descubres que éste no es sólo un tema más, sino la voz silenciada de la mujer que es Zahara más allá de la artista, una voz que fue silenciada por mucho tiempo y que, por fin, rompe su silencio y se atreve a hablar.

En definitiva, un tema duro y complejo, pero real y muy personal, tratado con elegancia, buen gusto y sensibilidad.

-JessyKiller-

NOTA!!! Publicación original recogida de: «Distiller Media», autora: JessyKiller. Fecha de publicación: Enero de 2020.

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